martes, 25 de marzo de 2014

[Tentatives]


Maldigo ese día y el momento
en que el camino me llevó
al desequilibrio,
a lo fragmentario
del derecho a desear
a lo funesto
de una seducción
que no debió de pasar.


Y sin embargo, quisiera arrebatarte
              las ropas
que envuelven el goce del deseo,
hincar las garras
en la piel seductora
y los colmillos recortando
lujuria que se inserta
en tan vástago encuentro,
tan efímero e inconcluso
que se burla a carcajada
de tu insistente
recuerdo obscuro.


¿En que momento la roza desnuda
el sentido del incendio,
que yace en tu interior,
en esta boca de lobos
que no dice la palabra
que te invento?


Cuando el deseo le pidió al amor
que prolongase sus goces
y amor insistiendo que deseo
no lo deje sin locura.


Dejadme adueñar de las razones
del cuerpo
y el perturbador cinismo
de estar juntos
—buscando—
lo que no puede ser




miércoles, 19 de marzo de 2014

CERO


Dueles en letras
palabras impronunciables,
            escapan,
papel o boca
nada.


Una línea, otra la corta,
todo cambia.
Tramas que cobran profundidad
rayoneo transitado
blanco desierto
[                  ]



Todo esta en 2
que dicen nada.




martes, 11 de marzo de 2014

Consigo

Me fascinas
            porqué eres incierta
tanto para mi como para otros,
que infortunio avistar
efímera presencia,
pero tanto mas incierta
para ti misma.


       Tres paginas y cuatro intervalos
Soledad...
en brío ante apenumbrada recamara.


  Tres paginas
            y
                               cuatro intervalos.

martes, 4 de marzo de 2014

¿Qué se goza en el amor del siglo XXI?


Fue otro tiempo, hoy nadie lo recuerda, hoy no se posee el ritmo ni las palabras, donde la palabra era un conjuro, una forma de llamar lo que ama estar oculto. Pero, en determinado momento, la magia de las palabras, su inaudito poder, fue olvidado... Era un procedimiento con el fin de la creación de vínculos, entre lo visible y lo invisible, cosas del mundo, constitución de vínculos entre palabra y vida. Pues materia mágica es la combinación de lo que esta y no escrito, intentando rodear eso que se escapa. Pero la magia es en el instante en que el cuerpo es afectado por lo que se dice, es la puesta en escena del desmembramiento, su destrucción, ese sacrificio para volver a dar un orden a los fragmentos, el acto necesario para toda civilización. Y de la misma forma que fue Otro tiempo y otras palabras, nos hacemos la "misma pregunta" ¿será también otro amor?.

Hoy no es múltiplo de antes

El discurso científico, ante esa necedad de promulgar un saber absoluto sobre los objetos que se proponen para todos, falla ante la ilusión de cumplir las exigencias de felicidad del hombre de este tiempo, “engendrando todo tipo de instrumentos conocidos como gadgets convirtiéndose en elementos de su existencia”1, puesto que se promete relacionarse con el menor esfuerzo y tiempo, colocándolos para el bien común, tan comunes, en serie, que no hay diferencia entre uno y otro, convirtiéndose en objetos transitorios que deben ser adquiridos ahora, para comunicarse en tiempo real. Se tiene prisa de no perder el tiempo de un goce que se vislumbra ahí. Es asi como el mercado invita, al goce autoerotico, a esa abundancia y disponibilidad de encentros, desencuentros entendidos como experiencias amorosas, experiencias que se adquieren ante cierta destreza que se mejora con la práctica, volviéndose una serie de relaciones breves e intensas ante la fragilidad del lazo en el que el ahora se pregona en la oferta de satisfacción sin espera, y al mismo tiempo se produce un sentimiento de inseguridad precipitándose a hacer lazo, intentando provocar una y otra vez esa contingencia.

Podemos ver que la identificación ya no se dirige a la renuncia del goce, hoy en día se coloca al objeto como condición de identificación. Para esto are uso del matema que JAM expone en la clase XI en “Los divinos detalles” puesto que coloca tres elementos que pueden ocupar el lugar del Ideal.   “El significante S1, la formula existe un x tal que no-fi de x, y el tercer término es a 2, separados por el término vel que significa “o”, “o bien”. En ese lugar ocupado por el significante amo, se tiene un efecto apaciguador, creando un ambiente homogéneo, unifica a los sujetos, convergiendo hacia el mismo termino. Ahora bien, Freud en su psicología de las masas pone el dedo en este efecto de lo simbólico, pero 9 años después da cuenta del fracaso del  S1/I, a pesar de que este unifica el a divide, pudiendo colocarse en el lugar del Ideal a/I -> $. Miller a esto llama insignia para indicar el valor entre significante y goce, pero afirma que escribe así el superyó en la actualidad. Si la búsqueda de gozar cada vez más interviene en los encuentros, esto solo señala aun más el desencuentro entre los goces.

¿Qué mayor prueba de que el amor es real que su misma imposibilidad? Es algo que tanto Stendhal y la monja Portuguesa transmiten, pero a diferencia del amor cortes, donde se suple la ausencia de la relación sexual considerándose a los propios amantes como el obstáculo para que esto cese, en la actualidad se intenta una relación con el gadget, una relación virtual. Por ejemplo, en internet encontraremos cierta publicidad de una marca de preservativos que muestra su próximo producto. Ropa interior que permite a las parejas tocarse a  distancia a partir de una aplicación de teléfono. En esto JAM en su curso Donc nos recuerda que “el fetiche es lo que permite escapar de la complejidad intersubjetiva de la relación amorosa”3, este predominio del autoerotismo elude al amor que requiere otro cuerpo y no solo eso, “el objeto de amor es i(a), es la imagen de otro ser humano. A veces se elige un objeto material: es lo que se llama fetichismo. En este caso no se habla de objeto de amor sino de goce”4.

El amor es un invento

Quizás si José Ortega y Gasset, mientras realizaba sus Estudios sobre el amor hubiera conocido el amor líquido que Bauman describe daría cuenta que la teoría de cristalización de Stendhal no era tan pesimista, y que tal como él dice, y no alcanza a ver, es visionaria. Lo similar entre estas dos perspectivas es que para compensar la desventura se ha creado el hábito y la ilusión de aceptar como buen amor cierta vaga adición al objeto, además que lo esencial a un amor es su consunción. Pero ¿qué es eso visionario del amor en Stendhal y que quizás podamos rescatar en el amor líquido? Que es un engaño, pero no por ser engaño es secreto ni es necesario ser un docto para darse cuenta, el amor no yerre a veces, es por esencia un error. Nos enamoramos cuando sobre otra persona adjudicamos quizá perfecciones inexistentes, este fraude que en el amor reside, como las fantasmagorías que se insertan en una rama dejada al intemperie en la noche invernal y que al día siguiente esas ficciones han envuelto la rama en cristales de hielo (“cristalización”) nos lleva a pensar si falsificado no es más bien el amor mismo, a lo que podemos considerar que es una buena copia, pues el amor no sólo es ciego, también es visionario pues suplanta lo original, y por ello hay cierto desconocimiento porque se esconde el objeto a en tanto desecho velado i(a), condición que otorga lo imaginario, pero si somos escrupulosos podemos advertir otra condición, que corresponde a la del goce. En Una charla sobre el amor Miller muestra que “lo que Freud llama Liebeslebens se trata de la articulación entre el amor y el goce”5 de esta forma. i(a)/a ßplus de goce
Hasta aquí podemos decir que el amor no sólo es engaño o mentira, sino también que es un invento, algo sin duda contingente, de lo que no había y con lo que uno se topa, el flechazo, dándole también la característica de encanto, el acto y efecto mágico del enamoramiento y el misticismo. Por este encuentro que es el engaño amoroso se es llevado de lo autoerótico a establecer una relación con el Otro.

Al ritmo de nuestros tiempos

En la actualidad los amores, de acuerdo con Blanca Sanchez, “se arman al ritmo de nuestros tiempos de goce: sin pasado ni futuro, solo en el presente, en la misma alteración del tiempo y del espacio que resulta de la velocidad, la masividad y la virtualidad de las cumunicasiones”6. Y pareciese que existe una nueva relación con el tiempo, donde se ama el ahora, el estar ahí (da), ser (sein) el que está ahí. ¿Cómo se le muestra el ahí, el tiempo, al sujeto? Si solo existe como consecuencia de los acontecimientos que tiene lugar en el mismo, es porque se relaciona con el modo de ser de las cosas naturales, el dichoso cambio, el movimiento, que se producen en el tiempo. Así se le presenta, por habitar en el lenguaje, puede hacer de ese movimiento que se repite constantemente sin cambio, como un significante que determina el tiempo al medirlo teniendo asi una duración a la que se puede hacer de referencia para fijar un punto que es un ahora.

En esta época el sujeto se encuentra inmerso en la precipitación temporal, sin embargo ¿De qué discurso parte eso sino el del amo? Pues lo tocante al ser parte de este; se le oye dar órdenes, mismas que se encuentran en el Dasein, ser-ahí, de Heidegger, siendo como dice él, en la conferencia de 1924, que es “algo que todavía no ha terminado. Al final, cuando ese algo no falta, el ser-ahí ya no es”7, dándole la característica de certeza en tanto indeterminación absoluta. Aunque considero solo por esta vez entenderlo más fácilmente desde Lacan cuando dice en el seminario XX que el ser es “Lo que habría sido si tú hubieses escuchado lo que te ordeno”8.

Es común escuchar por allí que se pierde el tiempo, y ver a personas, un tanto esclavizadas, buscándolo para después perderlo de nuevo. Cortázar sabía esto, pueden revisarlo en sus instrucciones para dar cuerda al reloj. Se le pierde en el anticipar, entendido como una pregunta del “cuando” o del “cuanto–durara-todavía” esto equivale a lo que queda del presente. Por aquello de lo que se ocupa se le hace largo el tiempo en la pregunta del cuanto, el ser-ahí como ser-presente no tiene tiempo, en tanto el cuidado vuelve sobre el ahora. Lacan señala que “el objeto a tetiza la función de la prisa”9 esa intersubjetividad que desemboca en la salida. De acuerdo a lo que se escucha, esta época es incierta, ya no se tiene tiempo de conocer nada; en la inmediatez no hay pasado ni futuro, todo se reduce en el instante de ver al momento de concluir, se busca de manera insistente un encuentro que aria posible la proporción sexual, ese momento de ilusión al que se refería lacan al final del seminario XX, en el que a partir del breve encuentro se llega a creer en la suspensión de la imposibilidad de la relación sexual, “del cesa de no escribirse al no cesa de escribirse”10, de la contingencia a la necesidad. Con este esfuerzo de ignorar lo que no hay, no se sale de la repeticion, las relaciones en serie.

Una invencion: Un nuevo amor

Ante esto J. Miller en su seminario lógicas de la vida amorosa, da cuenta de la experiencia analítica diferenciando que el amor en la enseñanza de Freud es repetición respecto a un nuevo amor, en Lacan, el cual va más allá del Edipo. Un amor que es elaboración de saber obtenido entre líneas, entre-dicho, pues se intenta atrapar eso que se escapa en la experiencia.

Por su parte, Oscar Sack nos esboza la particularidad de este nuevo amor (transferencia), diferenciándolo del amor común, donde se debe pagar para sostener el lugar del nuevo partenaire que es el analista y destacando que este nuevo “amor transferencial comienza por el automatón para a partir de ahí dar lugar a la tyché. En el amor común empieza por la tyché y una vez instituido un lazo se constata que se desencadena el automatón, lo repetitivo”11. Además la respuesta ante la demanda de amor es distinta, en esta invención no se responde con amor sino con el acto y la interpretación. En esta experiencia unica, se tiene una cita, uno acude a un lugar determinado, alli hay alguien que espera… y solo en ese lugar en presencia de ese nuevo partenaire se entra en contacto con lo inconsciente. Aquí, a diferencia de la tendencia actual, la palabra y presencia toman un lugar constitutivo, puesto que “es necesario que el analista ponga allí el cuerpo para representar la parte no simbolizable del goce.”12 Es en esta vertiente de invención, donde no se ignora la no relación, donde un cuerpo hace existir la falta y el decir del analizante se orienta hacia lo real. Como dice Miller “Amor es esfuerzo por dar un nombre propio al a… y construir alrededor una obra de lenguaje”13.

Referencias:
1-Lacan, J., El seminario, Libro 20, Aun, Paidós, Bs. As., 2010.
2-Miller, -Los divinos detalles, Paidós, Bs. As.,  2010
3-Donc. La lógica de la cura. Paidós, Buenos Aires, 2011.
4-Introducción al método psicoanalítico, Una charla sobre el amor, Paidós, Bs.As., 2010.
5-Ilbíd.
6-El amor y los tiempos del goce: que responden los analistas, Grama, Bs. As., 2011.
7-Heidegger, El concepto de tiempo, Minima Trotta, España, 2011
8- Lacan, J., El seminario, Libro 20, Aun, Paidós, Bs. As., 2010.
9-Ilbid.
10-Ilbid.
11-Zack, Los decires del amor, Grama, Bs. As., 2012
12- Miller, Los usos del lapso, Paidós, Bs. As., 2004
13- Miller, Lógicas de la vida amorosa, Manantial, Bs. As., 2009

Nota: Este texto fue presentado por primera vez el 25 de Junio del 2013 en una noche de cartel en las instalaciones de la NEL-Mexico junto a mis compañeros a quienes agradezco de todo corazón. Posteriormente fue publicado en el Boletín 9 de a-ritmo propio.

http://nel-amp.org/index.php?option=com_content&view=article&id=1157%3Aique-se-goza-en-el-amor-del-siglo-xxi&Itemid=118