jueves, 30 de julio de 2015

Implicaciones en los tiempos de goce


Nos encontramos en los tiempos del supuesto triunfo de la libertad, pero la libertad en boca es la de satisfacción sin espera; hombres y mujeres expuestos a-un goce. Si, la época de mayor liberación sexual pero también de grandes soledades. En el imperio de las imágenes, en este nuevo orden, se observa como el mercado oferta la fácil satisfacción de la pulsión sin tener que pasar por una relación amorosa que requiere Otro, cuerpo que habita la palabra, lugar que puede llevar la marca y no solo el signo de amor, algo que el goce autoerótico rechaza. Así no todo es carne.1
Un ejemplo yace en el film “Shame”, donde al protagonista esto le viene como anillo al órgano, empujándolo por más sexo y nada de amor, es un ejemplo actual de la ética del soltero al que Lacan se refirió en televisión para hacer mención del goce solitario, al goce de la masturbación. Aquí se describe la soledad icónica del hombre contemporáneo: joven, apuesto, seductor,  viviendo en la ciudad del éxito y de los excesos, cima a conquistar, ideal que cubre lo que hay debajo de él. No por nada el director Steve McQueen evoca el conocido tema de Sinatra; un New York, New York de individuos solitarios que persiguen sus sueños sin que esto signifique que se esté despierto. En otras palabras, estar en una ciudad que nunca duerme o tener pastillas para no soñar, no asegura eyes wide open.

No sin reservas
Es la historia sobre un efímero momento de la vida de Brandon, no muestra el pasado que comparte con su hermana Sissy, sino la irrupción que hace ella en su vida. Cada uno vaga por caminos diferentes. Uno emprendiendo su errar por la promiscuidad, de lo solitario del goce, del Uno, excluyendo el amor así como las relaciones con los demás. Tal es esta situación que casi no hay diálogo, a diferencia de “her” donde hay un continuo monólogo, aquí el rechazo al Otro es tal que ni siquiera se manifiesta pensamiento alguno, puesto que se forma en la palabra del Otro.2 Para apaciguar el pasado que le ha dejado marcas, Brandon tiene que echar mano a una compulsiva actividad sexual para bordear ese vacío que se presentifica en cada aspecto de su vida.

La otra, ante esa soledad que no se soporta, presa de esa angustia, se entrega totalmente en cada relación ocasional, siendo constante el miedo al abandono, pero que no para de hacerse rechazar, una posición en falta ante el Otro: Falta amor, trabajo, dinero, incluso un techo donde dormir y finalmente faltarle al Otro deviniendo así el intento de suicidio. No es lo mismo querer estar solo a quedarse solo. En este momento Sissy encarna la mujer como síntoma para su hermano al irrumpir en su cadencia de gemidos, él sólo goza solo de su órgano y ella demanda afecto, demanda relacionarse con él cuando se ha encargado de rechazar toda relación que lo implique a él, en la que tenga que ceder algo de él. Esta es la razón de tener sus reservas ante el Otro.

Poco después de la intromisión, Brandon intenta relacionarse con una compañera del trabajo, más allá de la oficina y de la cama, ¿acaso hay cierto desplazamiento libidinal de la hermana a la compañera?. Podríamos especular sobre esto y armar toda una historia alterna pero sólo atenderemos lo sucedido en el film. Me limitaré en decir, que la intromisión de su hermana fue causa para que él intentará relacionarse —no es que se haya enamorado, no hay indicios sobre esto, es solamente un intento fallido, como cualquiera, de hacer lazo con el Otro— pero hay una impotencia de asumir una relación con Otro diferente a él, impotencia que se muestra en la cama ante la angustia que le provoca ella y que apaciguará con sólo sexo. En otro momento discute con su hermana diciéndole “Me oprimes, no tengo adonde ir”. Así mismo, la a-dicción también toma su sentido eludiendo el encuentro con el Otro, por ejemplo Brandon consume cerveza y cocaína antes de una cita. Estas dos mujeres, muy distintas, coinciden en querer saber de él, le hablan y le cuestionan, pero los tres no encuentran nada.

A pesar de invitarla a cenar no acepta condescender al amor para que no le falte algo, falta la contingencia necesaria para que algo de la tontería se escriba entre los cuerpos. No es que se digan nada, es que no hay nada. En ese momento solamente habla de su rechazo al compromiso y su afinidad por todas las mujeres y ninguna a la vez; un pragmatismo propio de la epoca, vemos de esta manera que a pesar de rechazar al Otro está a su vez capturado por su discurso.

En realidad, él no le hace daño a nadie, lo que él presenta no es amor, ni siquiera la degradación de la vida amorosa puesto que no hay elección de objeto. El único objeto para él es su propio cuerpo, en tanto objeto de goce y con el que otros cuerpos gozan. Esto se afirma en esa noche de provocaciones encarnadas, y sin que se medie las palabras, momento donde el tiempo no es cronológico. Arrebatado por el goce toma a tientas un cuerpo femenino, sin vergüenza, se hace golpear en el bar por la pareja de ésta. En otro momento, al negársele el acceso a un club nocturno, entra a otra escena donde es carne entre carne. En ese acto que no se detiene, imposible de saciar, acude a una casa de citas.  Diremos que en la inmediatez no hay pasado ni futuro, todo se reduce en el instante de ver al momento de concluir, en un esfuerzo de ignorar lo que no hay, de no salir de las relaciones en serie, de seguir gozando de la repetición. Sin embargo, hay una sutileza que destaco. En algún momento él dice refiriéndose al órgano femenino “Me gusta como somos ella y yo” poniendo en evidencia que el acto sexual es siempre una relación con un objeto a recortado sobre el cuerpo, cada uno por lo tanto esta solo. Lo que hace fracasar la relación sexual.

Implicaciones del amor
Aquí se muestra que el amor no es un objeto como lo quiere hacer creer el discurso actual, en “Her” por ejemplo al considerarlo como un verdadero problema, que cuando alguien aparece, esa diferencia perturba y mas vale tener sus reservas, no ceder nada ante el Otro. El amor es una gran dificultad para cualquiera, pero para los hombres ven como es afectada su virilidad, en tanto tienen que asumir una posición en falta lo que implica feminizarse, poner en juego su castración, pero en una época en la que se ha pluralizado el Nombre del Padre, vemos hombres que han perdido sus referencias tradicionales, desorientados y asustados por mujeres que han asumido un papel más activo, lo cual para ellas tampoco resulta fácil puesto que les supone otras problemáticas, de alguna manera también extrañan al hombre de antaño.
La virilidad pone sobre la mesa, la cama, la cuestión de ¿cómo arreglárselas con el Otro sexo, de confrontarse con algo completamente desconocido para sí mismo? De alguna manera cada uno tendrá que encontrar o inventar algún modo de relación con el Otro. Una de esas maneras es por la vía del amor, tal como lo desarrolla Lacan en su Seminario X, "Sólo el amor permite al goce condescender al deseo".3 Puesto que hace falta que el goce acepte lamentar una ausencia; amar implica renunciar a lo que es egoísta, el goce. Charles Baudelaire en su Cuaderno de notas lo dice de una manera más complicada: “¿Qué es el amor? La necesidad de salir de sí mismo”.4 Por ello, en esta película el amor no apareció en escena, nunca se renunció a gozar solo, de realizar el objeto a en la pareja y por esto el sujeto queda ligado fantasmáticamente a su objeto a.

Corte
Solamente hasta que Brandon encuentra a su hermana desangrándose, es como él surge como sujeto, a partir de esa división subjetiva, de la que intenta escapar corriendo, mostrando un rostro desquebrajado ante la desesperación de la relación que tiene entre el goce y el Otro.
La película concluye en el metro encontrándose a la misma mujer que se le escapó, en está ocasión ella propone y él se queda sentando observándola, el corte –como sabemos algunos– deja a cada uno la responsabilidad de lo que puede o no continuar.

Referencias:
1– Lacan J., Radiofonía y Televisión, Anagrama, Barcelona, 1993, p. 19.
2—, El seminario, libro 5, Las Formaciones del Inconsciente, Paidós, Argentina, 2010, p.365.
3—, El seminario, libro 10, La angustia, Paidós, Argentina, 2010, p. 194.

4–Baudelaire C., Cuaderno de notas y consejos a los jóvenes escritores, Almuzara, 2008, p.61.

Texto producido a partir del 38º encuentro de "El cine, la ciudad y el psicoanálisis" en la Sede de la Nueva Escuela Lacaniana Mexico DF el 11/10/14